Este año las condiciones de apertura de las piscinas deben realizarse de acuerdo a las recomendaciones realizadas por las autoridades sanitarias, en relación con la situación derivada del COVID-19 y que vienen recogidas en los documentos al pie de la información.
El objetivo de estos documentos es proporcionar normas para el uso de las instalaciones de piscinas, a la vez que definir procedimientos sencillos de limpieza y desinfección de instalaciones para garantizar unos niveles adecuados de protección de la salud de los usuarios, tanto antes de abrir las instalaciones como durante la apertura de las mismas.
Medidas antes de la reapertura
Las medidas que deben tomarse antes de la reapertura del recinto van encaminadas a conseguir que tanto las instalaciones como el agua del vaso estén libres de microorganismos patógenos y de sustancias que puedan afectar negativamente la salud del usuario, y, en el caso de piscinas cubiertas, una calidad del aire adecuada en la que los usuarios puedan desarrollar sus actividades sin riesgos.
Medidas tras la apertura de la instalación
Durante el periodo de apertura de la piscina es imprescindible mantener un adecuado nivel de higiene en las instalaciones y un correcto tratamiento del agua para asegurar que la piscina sea un lugar seguro tras su apertura.
No hay evidencia de que el virus que causa COVID-19 pueda transmitirse a las personas a través del agua en piscinas, jacuzzis o spas.
Para conocer el aforo que deben tener las piscinas durante la situación de alerta sanitaria, ponemos a disposición de los propietarios una plantilla para calcular el número máximo de personas que pueden acceder al recinto.