San Lorenzo de El Escorial. Ayer y Hoy
Antecedentes
Las primeras alusiones históricas referidas a estos territorios se remontan al siglo XII cuando pobladores segovianos, impulsados por la Reconquista y la necesidad de tierras, colonizaron la vertiente meridional de la Sierra del Guadarrama, acotando y adehesando para el ganado diferentes enclaves entrelazados por la red de vías pecuarias cuyo eje principal era la Cañada Real Leonesa.
El Monasterio del Escorial es el gran icono representativo de San Lorenzo del Escorial. Su origen arquitectónico fue controvertido porque hasta hubo complicaciones a la hora de decidir el lugar ideal para construirlo, así como la idea de en qué inspirarse para su construcción. En un principio, la idea era evocar el Templo de Jerusalén como modelo, dado que señalaba al Templo como Domus Dei, la Casa de Dios. Ejemplo de la exigencia de Felipe II con la ausencia de frivolidades es la estatua de Salomón en el centro de la portada de la Iglesia, lo que deja claro el gusto del monarca por el Antiguo Testamento y la ortodoxia con la que quería realizar el proyecto.
Después del estudio de muchos autores, la teoría más aceptada en la actualidad es la de que la similitud con el Templo de Jerusalén tenían el objetivo de destacar la presencia de Dios en la Eucaristía, idea defendida en el Concilio de Trento y que podría concordar con la forma de pensar y actuar de Felipe II.
Siglo XVI
Real y victorioso son los adjetivos con los que se recuerda al Emperador, Carlos V, desde su muerte el 21 de septiembre de 1558. Dada su relación con las batallas y lo militar, su funeral fue dedicado al mártir San Quintín, a quien se le atribuyó haber guiado a las tropas a la paz de Cateu-Cambrésis firmada con Francia en 1559.
Felipe II, hijo del Emperador y apasionado de la arquitectura mandó construir a finales del siglo XVI el Monasterio de El Escorial y el Real Sitio del mismo, mediante la anexión de las fincas colindantes. En la parte apartada se encontraban los principales edificios de este Real Sitio, tales como el Monasterio, y que en la actualidad que se encuentra dentro de San Lorenzo de El Escorial. Motivo por el cual el monumento recibe el nombre de “Monasterio de San Lorenzo de El Escorial”.
Personaje importante a destacar en la construcción del Monasterio fue sin duda Juan Bautista de Toledo, arquitecto en el que Felipe II puso su total confianza para dirigir las obras reales. Tanto fue así que le denominó “arquitecto de Su Majestad”. Podría decirse que Juan Bautista de Toledo dio su vida por el proyecto. Estuvo siete años dedicado en cuerpo y alma a él hasta el día de su muerte. En un primer momento, el Monasterio nace con la idea de acoger a los monjes de la orden de San Jerónimo, panteón del Emperador Carlos V y de su mujer, Isabel de Portugal, así como de su hijo Felipe II, sus familiares y sucesores.
Sin embargo, las obras duraron mucho más que el final de la vida del arquitecto. La primera piedra se puso el 23 de abril de 1563. En 1571 la parte del convento se terminó, un año después se comenzó la “casa del rey” y en 1574 la Basílica, la cual se finalizó en 1584, aunque no fue consagrada hasta 1595, fecha en la que se establece oficialmente el final de la Obra.
Felipe II, en su faceta entusiasta e interesada en la arquitectura, no dio puntada sin hilo. El lugar elegido para construir el Monasterio no fue casualidad. El rey quería integrar la edificación en un paraje salvaje y rocoso con un doble objetivo: estar lo suficientemente cerca de Madrid para que se viese desde las torres de Alcázar, pero al mismo tiempo alejado para que estuviese retirado en medio de la naturaleza. La Herrería fue la localización ideal escogida por Felipe II para el monumento emblema de El Escorial. En definitiva, un perfecto resumen de las aspiraciones ideológicas y culturales del “Siglo de Oro” español impulsadas por el rey.
Con una superficie de 33.327 metros cuadrados, el Monasterio está a 1.028 metros de altitud en la sierra del Guadarrama. Su indudable valor paisajístico, el Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial tiene el orgullo formar parte de la lista de Patrimonio de la Humanidad desde el 2 de noviembre de 1984.
Siglo XVII
La construcción del Monasterio fue controvertida por el dinero invertido en él. Sin embargo, poco importó en cuanto se empezó a considerar el Monasterio nada menos que como la “Octava Maravilla del Mundo” de manera literaria. Prueba de ello quedó reflejada en la obra de Lope de Vega, la cual se considera un reflejo de la consideración de San Lorenzo el Real como algo extraordinario.
Cabe destacar que esta no es la primera vez que parte de la historia de El Escorial estuvo por escrito. Ya en sus orígenes, tanto Felipe II como Juan Bautista de Toledo reflejaron los avances e ideas del proyecto. El más conocido es el Séptimo Diseño, estampa en la que el Monasterio se muestra desde un punto elevado, como si se tratara de una increíble e ideal vista aérea.
Durante la época de Felipe II se construyeron también las dos Casas de Oficios, las cuales son consideradas como piezas embrionarias para el desarrollo urbanístico de la localidad. En un primer momento se levantaron con la idea de servir de aposentos oficiales “de boca” de Su Majestad, donde pudiese comer y beber sin ser molestado. No puede pasar desapercibido la importancia que le daba Felipe II a la gastronomía, que bien puede compararse con su esfuerzo con los parajes naturales de El Escorial. Charolés, aun en pie hoy en día, es uno de los restaurantes por excelencia del municipio. Es conocido por tener, dicho por los críticos, uno de los mejores cocidos de España.
Volviendo al plano arquitectónico, el arduo y completo trabajo de Felipe II no fue en balde, ya que posteriormente, con Carlos II, las obras continuaron y el proyecto siguió creciendo. El objetivo del Emperador se estaba cumpliendo. Uno de los primeras nuevas obras que se realizaron fueron hechas por el arquitecto Juan Gómez Mora en 1918 por orden de Felipe III, quién decidió retomar la cripta como Panteón dinástico. Desgraciadamente surgieron ciertas complicaciones que provocaron que las obras no se terminaran hasta 1654, cuando se puso inaugurar el nuevo Panteón gracias al empeño de Felipe IV en que así fuese de la mano del arquitecto Alonso Carbonel.
A final de siglo, en 1690, Carlos II decidió construir las Caballerizas Reales – lo que actualmente se conoce como “El Parque” – , entre otras modificaciones como el altar de la Sacristía. Ésta sería la última intervención de los Habsburgo en el Sitio Real.
El nombre propio de la etapa de Carlos II es sin duda el de Luca Giordano. Procedente de Nápoles, el pintor italiano se encargó de pintar por completo la bóveda de la escalera principal del convento en ocho meses. Algo que los libros de historia califican de “espectacular apoteosis”.
La muerte sin descendencia de Carlos II en 1700 puso fin a una era en la que trono de España tuvo especial y atento interés en San Lorenzo de El Escorial.
Siglo XVIII
Tras una implicación notable por parte de la dinastía de los Habsburgo, el siglo XVIII comenzó con los Borbones abriéndose paso en la realeza española. Felipe V fue el primer monarca de la dinastía borbónica. Aunque se ha dicho en numerosos textos y ocasiones que esta nueva casa real no prestó especial atención al Real Monasterio. De hecho, una de las primeras decisiones arquitectónicas de Felipe V fue la construcción de La Granja de San Ildefonso, en Segovia, proyecto favorito sin duda del monarca.
Aun así, la magia y el encanto del Escorial fue apreciado por el rey y no dudó en ordenar la realización de los Cuarteles para las Reales Guardias de Infanterías Españolas y Valonas, en 1717, para cubrir las necesidades de la Corte. Posteriormente, con Carlos III, uno de los mayores representantes de la Ilustración española los Reales Sitios se convirtieron en capitales de una Corte itinerante en función de la época del año – los otoños los pasará en San Lorenzo de El Escorial -.
El monarca llamado “el Político” o “el Mejor Alcalde de Madrid”, promulgó en 1767 la Cédula Real que contenía el Reglamento para la Fábrica de Casas en el Real Sitio de San Lorenzo, el acta fundacional que establece las prerrogativas de la Corona en cuanto a la concesión de licencias, derechos de tanteo, calidad e higiene de las construcciones y prohibición de ocupación de las Casas fuera de las Jornadas Reales. Con esto se consagró la gran revolución urbanística que fomentó e impulsó Carlos III.
El arquitecto Juan Esteban velará por ellas y proyectará un trazado urbano que continuó el diseño ortogonal impuesto por el Monasterio, adaptándolo a la topografía del terreno y a las irregulares manzanas preexistentes. A él se deben obras como la Casa Grande del Común (en el solar del actual Ayuntamiento), la Real Ballestería, la Casa de los Perros, el Hospital de San Carlos (1771), la Casa para arrendar de Felipe Díaz Bamonte (1771) o las Cocheras de su Majestad (1772).
Otro arquitecto, Jaime Marquet, se encargó de las obras del Real Coliseo Carlos III en 1770, cuya rehabilitación fue galardonada en 1980 con el Premio Nacional de Restauración.
En 1768 el arquitecto real Juan de Villanueva realiza la Casa del Cónsul. Otras obras del autor son las del Palacio del Marqués de Campo Villar (1769), la Casa de los Infantes D. Gabriel, D. Antonio Pascual y D. Francisco Javier (1769), la Casita del Infante (1771) y, probablemente, los Cuarteles de Inválidos y Voluntarios a Caballo (1774).
Sucedió en el cargo a Juan Esteban y elaboró en 1782 las Adiciones a la Real Cédula Real perteneciente a la fábrica de casas en el Sitio de San Lorenzo. A él también se deben la Tercera Casa de Oficios (1785), la Casa del Duque de Medinaceli (restaurada en 1985), la Casa de las Columnas o de las tiendas (1787), la reforma del Palacio de los Infantes D. Carlos María y D. Francisco de Paula – actual Euro fórum – , la ampliación del Mercado Público (1797) y otras numerosas obras en la localidad.
El 1792 se declara el Real Sitio de San Lorenzo como población nueva por Cédula otorgada por Carlos IV en Aranjuez, señalándose los términos y dotándola de jurisdicción civil, criminal y administrativa y término propio.
En el plano artístico, el siglo XVIII fue testigo del primer pintor que se sirvió de la inspiración de San Lorenzo del Escorial para plasmar el valor documental del Real Monasterio como objeto de referencia. Esto sería precursor de la Escuela de Barbizón y de toda la pintura a plein air del XIX. De hecho, una de estas vistas ilustradas en esta época se puede ver expuesta en el Museo del Prado hoy en día.
Siglo XIX
El comienzo del siglo XIX fue un tanto convulso. La invasión francesa en 1808 abrirá un período de decadencia y desolación en la ciudad. Una de las peores consecuencias las sufrió el Monasterio. Fue expoliado y se quemaron importantes edificios antes de que las tropas galas abandonaran la ciudad. Todo aquello propició el distanciamiento de las Jornadas Reales, hasta entonces fundamento económico del Real Sitio.
Dos años antes de la invasión, San Lorenzo de El Escorial tuvo el honor de inaugurar su primera iglesia tras su separación con la Villa. De esta manera la Capilla se convirtió en la primera parroquia de San Lorenzo hasta mitad del siglo XX, momento en el que se construyó la actual parroquia sita en la calle Pozas, dejando la antigua capilla como santuario para la Virgen de Gracia, patrona del municipio.
A mitad del siglo XIX el Ayuntamiento comenzó a embellecer una ciudad que poco a poco fue transformándose en el lugar de veraneo de las clases altas y de la burguesía madrileña. A ello contribuyeron la construcción del ferrocarril y la desamortización de los bienes de la corona que, adquiridos por particulares para construir numerosos hoteles estivales, impulsaron el resurgir de la economía local. A este impulso contribuyó el establecimiento en el municipio por esas fechas de la Escuela Superior de Ingenieros de Montes.
Durante estos años, en 1849 vio la luz la primera guía histórica de la construcción del edificio: Historia y descripción del Escorial por José de Quevedo. Una vez más, la literatura reflejó la importancia y grandiosidad que se quiso conseguir con la construcción de la que ya se dejaba de llamar en los libros “Octava Maravilla del Mundo” para dar paso a la denominación de “Única Maravilla del Mundo”.
Las guerras siempre exigen actuaciones extraordinarias, y ejemplo de ello fue el uso del Coliseo como hospital y zapatería durante la Guerra de Independencia hasta 1861, momento en el que se retomaron la representación de espectáculos, como Gigantes y cabezudos o El embargo, de autores como Manuel Fernández, entre otros. Reseñable lugar dado que durante el siglo venidero se convirtió en el lugar preferido por los veraneantes para asistir a recitales, conciertos, fiestas y representaciones. Actualmente se le conoce como Teatro Lope de Vega, nombre acuñado durante la Segunda República.
A finales de siglo, en 1885, Alfonso XII encargó la conservación del Monasterio a la Orden de San Agustín y organizó el Monasterio dividiéndolo en tres partes diferenciadas: el Palacio, el Convento y el Colegio que desde entonces adoptó su nombre.
De esta manera San Lorenzo de El Escorial se convirtió en una ciudad veraniega por excelencia en la que comienzan a aparecer urbanizaciones que satisfacen la demanda de la burguesía madrileña. Alfonso XIII realiza la designación de San Lorenzo de El Escorial como cabeza de partido judicial, convirtiendo a esta pequeña ciudad en el centro neurálgico de la zona oeste de la provincia de Madrid.
Siglo XX
Con el objetivo de presentar un variado y multiforme repertorio de soluciones, San Lorenzo del Escorial es ejemplo de cómo la población no para de crecer al mismo ritmo que se produce un crecimiento urbanístico que da respuesta a las dos poblaciones que se dan cita en la localidad: la permanente y la de temporada.
La importancia y majestuosidad del Monasterio y su entorno se reconoce en 1931 con la declaración de Monumento Histórico-Artístico, reconocimiento que en 1984 se magnifica con la declaración de la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad, ya mencionado con anterioridad.
Otras edificaciones de la localidad también se han hecho merecedoras de la declaración de Bienes de Interés Cultural, como la Casita del Infante D. Gabriel, conocida popularmente como “la Casita de Arriba”. En 1971 el Casco Urbano de San Lorenzo de El Escorial es declarado Conjunto-Histórico Artístico, con el objeto de conservar los valores arquitectónicos que le son propios.
No queda atrás en estos reconocimientos su entorno natural. En 1961 el Pinar de Abantos es declarado “Paraje Pintoresco” y en 1995 La Herrería como “Bosque de especial interés ecológico”, reconociéndose así el carácter exclusivo de los valores de la localidad.
Todas las edificaciones junto con la naturaleza que rodea al Monasterio son toda una contemplación del equilibrio que surge al combinar un cuadro urbano y paisajístico surgido a la sombra de un edificio único e irrepetible como es el Monasterio.
La repoblación del municipio ayudó a satisfacer la necesidad de la creación de toda una red de caminos que en la actualidad permite recorrer las laderas de los montes escurialenses. Al igual que con Felipe II, el paraje natural siempre ha sido una prioridad para la buena imagen de San Lorenzo. Es por ello que se establecieron varios viveros en los Llanillos y el Trampalón, junto al cual se canalizó la Fuente de la Salud. Lugar destacado puesto que es uno de las paradas obligatorias para todo aquel que veranea o visita el municipio. Para un mayor disfrute y goce del sitio se habilitó un merendero y merendero, origen del actual restaurante Horizontal.
Siguiendo en la línea de cultivar la cultura del medioambiente, en 1904 se instauró la Fiesta del Árbol con el objetivo didáctico de concienciar desde la infancia de la plantación de árboles en espacios públicos. La repoblación de los montes es más que un orgullo para San Lorenzo, ya que fue una de las primeras realizadas en España, siendo así pionera, junto con la de la cuenca del Lozoya, en la Sierra de Guadarrama.
Siglo XXI
La historia reciente de San Lorenzo del Escorial comienza por la construcción del Auditorio de la Comunidad de Madrid. Esto supone un nuevo impulso de la actividad económica local sobre la base de las actividades turísticas y culturales que siempre han caracterizado a la localidad. Tiene 25.401 metros cuadrados de superficie construida distribuida a lo largo de diez plantas, ocho de ellas soterradas en el terreno, por lo que solo aflora al exterior una quinta parte del volumen del edificio. Fue inaugurado en 2006 en la localidad serrana, situada a unos 60 kilómetros de Madrid. Está ubicado en un entorno natural con vistas al monte Abantos y situado cerca del Real Monasterio. Actualmente se considera una de las mejores alternativas para el teatro, la danza, festivales y todo tipo de eventos.
La riqueza del patrimonio arquitectónico, la belleza de sus paisajes, el carácter de sus fiestas y la intensa actividad cultural desarrollada, hacen de San Lorenzo de El Escorial uno de los rincones más privilegiados de la región, que anualmente visitan más de un millón de personas que se sienten atraídas por los encantos de una pequeña gran ciudad.
A día de hoy, San Lorenzo del Escorial ofrece una gran variedad de actividades de ocio, cultura y gastronomía para disfrutar durante todo el año. Tanto al aire libre como en la familia, todo tipo de opciones para conocer el municipio. Para los más aventureros y amantes del senderismo existen diversas rutas en la naturaleza como la de Abantos-La Naranjera, Tesoros de Abantos u otros como la icónica silla de Felipe II con vistas a todo el municipio, disponibles detalladamente en la página web de turismo de San Lorenzo del Escorial.
Para aquellos que prefieren ir en bici en vez de a pie, Ciclamadrid es para ellos. Se trata de una iniciativa desarrollada por la Comunidad de Madrid. Consta de un itinerario circular que recorre gran parte de los municipios madrileños. Para ello, San Lorenzo de El Escorial es el punto de referencia de dos etapas., así como una ruta circular urbana que se inicia y finaliza en la Estación de tren de El Escorial.
Para los más pequeños, Insectpark es una un éxito asegurado. Es un centro de divulgación científica y cultural donde la microfauna es la protagonista. A modo de Centro de Educación Ambiental, éste se encuentra sobre el Pinar de Abantos y la Zona de la Herrería donde se pueden descubrir una gran variedad de especies.
En definitiva, San Lorenzo del Escorial es un lugar de encuentro de cultura, naturaleza y arquitectura histórica que en conjunto conforman uno de los municipios más emblemáticos de España.
Personajes ilustres
San Lorenzo del Escorial, más allá de ser una referencia arquitectónica y medioambiental, también cuenta con grandes personajes que engrandecen aún más el nombre del municipio.
Más allá de la realeza que nació y vivió en San Lorenzo por motivos evidentes y ya relatados, a lo largo de la historia el municipio ha contado con importantes personajes que forman parte de su historia. Ejemplo de ello es la jugadora de fútbol sala Marta Balbuena (San Lorenzo de El Escorial, 28 de abril de 1995). Es portera y su equipo actual es la Futsi Atlético Navalcarnero de la Primera División de fútbol sala femenino de España. En el año 2019 fue nominada a los premios de mejor portera del mundo de fútbol sala, en la que terminó en cuarta posición. En 2020 volvió a estar nominada y acabó quinta.
A nivel artístico destaca la vocalista de los años ‘80, con nombre artístico Ana Pegamoide (San Lorenzo de El Escorial, Comunidad de Madrid, 29 de diciembre de 1958), quien fue referencia en la música de la conocida como “movida madrileña”. Fue miembro de los grupos Alaska y los Pegamoides (1979-1982), de Parálisis Permanente (1982-1983) y de Los Seres Vacíos (1982-1984).
A nivel intelectual, destaca José Ángel López Ortiz (San Lorenzo de El Escorial, provincia de Madrid, 10 de julio de 1898-Madrid, 4 de marzo de 1992), fue un religioso católico español, arabista e historiador del derecho. Fue obispo de Tui (1944-1969) y arzobispo castrense (1969-1977).
Ellos son solo un ejemplo de una amplia lista de personajes ilustres que llevan por bandera el nombre del municipio de San Lorenzo del Escorial allá donde van.
Bibliografía
Sabau Bergamín, Gabriel Historia de San Lorenzo de El Escorial. San Lorenzo de El Escorial (Madrid): Comunidad de Madrid, Ayuntamiento de San Lorenzo de El Escorial y Ediciones Doce calles. 2002. 265 págs.
AA.VV. Arquitectura y desarrollo urbano. Comunidad de Madrid (zona Oeste). Tomo V: El Escorial y San Lorenzo de El Escorial. Madrid: Dirección General de Arquitectura y Vivienda de la Consejería de Obras públicas, Urbanismo y Transportes de la Comunidad de Madrid, Fundación Caja Madrid y Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid. 1998. 512 págs.
Biografía del Profesor Forestal Miguel del Campo y Bartolomé (1862-1934)