Concierto: Diego Ares, piano
P. FR. ANTONIO SOLER (1729-1783)
Sonatas del Manuscrito de Villahermosa 1
Sonata N. 1 en Re Mayor, Allegro
Minué en Re Mayor
Sonata N. 4 en Si menor, Allegro
Sonata N. 2 en Si b Mayor, Allegro
Sonata en Do dórico (SR. 36), Allegro non tanto
Sonata N. 9 en Do dórico, Allegro non presto
Preludio N. 3 en Do Mayor
Sonata N. 3 en Do Mayor, Allegro
Preludio N. 1 en Re dórico
Sonata en Re dórico (SR. 117), Allegretto
Sonata N. 5 en Re Mayor, Allegro
Sonata N. 6 en Fa Mayor, Allegretto
Sonata en Fa Mayor (SR. 6), Allegro Assay
Sonata N. 7 en Si b Mayor, Cantabile
Sonata N. 8 en Si b Mayor, Allegro
Diego Ares, piano
9 Sonatas inéditas del P. Antonio Soler (1729-1783)
El P. Antonio Soler es el compositor más universal que ha tenido el Monasterio de San Lorenzo del Escorial a lo largo de toda su historia. Su obra, según nos dice el cronista de su Memoria sepulcral, era conocida “por toda Europa … y admirada su habilidad y mérito, por haberse extendido sus obras por todas partes, así las de clave, como las de órgano y composición”. Quizá fue algo exagerado este cronista coetáneo de Soler, pero hoy se puede afirmar que su música es conocida e interpretada habitualmente mucho más allá de las fronteras europeas, especialmente la obra de clave.
No sucede así con su abundante música vocal compuesta para el Monasterio (Misas, Oficios, Villancicos, Autos…) o para el Colegio de Artes y Teología que hay dentro de sus muros (sobre todo música para el teatro); y aun es menos conocida su obra teórica (La llave de la modulación, 1762) o técnica (Antigüedades de la música, 1762); y se ha estudiado poco sobre el instrumento que construyó para la afinación matemática de los teclados. Por otra parte, nada se sabe de su perdida Historia de la Música, que tenía muy avanzada en el año 1768 según le contaba en una carta al famoso Martini de Bolonia.
Su ingenio le llevó a escribir un libro sobre la moneda en la época de Carlos III: Combinación de Monedas y Cálculo manifiesto contra el libro anónimo titulado: Correspondencia de la moneda de Cataluña a la de Castilla, Barcelona, 1771.
Toda esta obra hace de Soler una figura de primer orden, aún no suficientemente conocida y valorada.
Escribió las sonatas para el hijo de Carlos III, el Infante don Gabriel de Borbón, tal como consta en muchas de las dedicatorias. Durante las temporadas que la Corte disfrutaba en el Monasterio del Escorial en el otoño, Soler ejercía de maestro de clave del Infante y le dedicaba sus obras, que interpretaban en lugares muy próximos a donde se celebra hoy este concierto, bien fuera en alguna estancia del monasterio próxima a la habitación del Maestro de Capilla, en las Salas Capitulares, que a veces se habilitaban para representaciones, o en la Casita de Arriba. Todo ello dentro de un ambiente ilustrado en el que también comenzaba a formarse el actual pueblo de San Lorenzo.
Las sonatas que se escuchen hoy por primera vez, después de aproximadamente unos 250 años, se compusieron en este ámbito y salen ahora a la luz en una reciente edición para que, al igual que sus otras sonatas, se den a conocer en todos los ámbitos de la cultura musical. Se conservan, junto a otras muchas obras, en una copia que hemos denominado manuscrito Villahermosa 1, en el que se aprecian determinadas características de escritura y procedencias referidas al ámbito del Monasterio del Escorial. El manuscrito pertenece a D. Alfonso Urzáiz, Duque de Palata.
El Monasterio del Escorial tiene en su archivo de música una enorme riqueza que abarca casi quinientos años. No es posible hacer una lectura correcta del significado estético y cultural que tiene el Monasterio sin atender a su música, ya sea religiosa, de cámara o de teatro. Estos tres estilos son los que representan respectivamente al Monasterio, a la Corte y al Colegio, es decir, el trípode que constituye la manera en que ha sido concebido el edificio y sus habitantes. Así, dar a conocer sus manifestaciones culturales a través de las obras escritas y vividas por sus moradores a lo largo del tiempo, significa entender una parte importante de su historia. Esa es la finalidad de estos conciertos, además del indudable disfrute de la música que se nos hace presente.
José Sierra Pérez, (Julio / 2022)
El Padre Fr. Antonio Soler, inagotable e inagotado
La imagen que de Soler dan las Memorias Sepulcrales es la de un monje infatigable, entregado por entero a sus labores musicales. De esta dedicación da fe la ingente cantidad de obras que de él conservamos y que, todavía hoy, siguen saliendo a la luz.
En 2014 tuve la fortuna de ser testigo del descubrimiento de 29 sonatas que habían sido adquiridas por la Morgan Library de Nueva York. Unos años más tarde, mi buen amigo y eminente musicólogo José Sierra Pérez me mostró otras sonatas que, siendo también inéditas, procedían de un manuscrito ya conocido, pero insuficientemente estudiado. ¿Qué otros descubrimientos solerianos nos deparará quizás el futuro?
Las consecuencias de estos hallazgos son múltiples, pero a nivel personal, la más valiosa es la de volver a sentir la magia de descubrir a Soler, con oídos desprevenidos que, reconociendo la pluma del autor, sucumben nuevamente ante su frescura e inspiración, en definitiva: su gracia inconfundible vuelve a seducirnos. ¿Qué daríamos por revivir la magia que produjo en nosotros el primer encuentro con Don Quijote, o con Las Meninas? Soler, con sus obras inéditas, nos brinda la oportunidad de volver a ser niños, de volver a exponernos al flechazo amoroso que, no por familiar deja de ser novedoso.
Diego Ares
Basilea, 4 de julio de 2022
Diego Ares (Vigo, 1983) estudió piano con Aleksandras Jurgelionis y Aldona Dvarionaitė. Con 14 años, guiado por Pilar Cancio, comenzó a familiarizarse con el clave. A los 18 años se trasladó a Holanda para seguir su formación en el Conservatorio Real de la Haya y para estudiar con Richard Egarr en Ámsterdam. Entre 2004 y 2010 estudió en la Schola Cantorum Basiliensis (Suiza). Perfeccionó su técnica con las clavicembalistas Carmen Schibli (discípula de Eta Harich-Schneider) y Genoveva Gálvez.
Diego Ares ha ofrecido recitales en Europa, Japón y Canadá. Como solista ha tocado con la Orquesta de Cámara de Ginebra, la Orquesta Sinfónica de Bretaña, la Orquesta Ciudad de Granada, la orquesta de la Sociedad Bach de Holanda, etc… Colabora también con músicos como los clavicembalistas Richard Egarr e Ignacio Prego, la violinista Rachel Podger, el flautista Maurice Steger y la violagambista Margaux Blanchard.
Ha realizado grabaciones para Columna Música, Pan Classics, harmonia mundi, Ibs-Classical y para el proyecto “All of Bach”. Sus grabaciones han sido acogidas con el entusiasmo de la crítica especializada (“Excepcional” de Scherzo, “Diapason d’or”, “Maestro” de Pianiste, “Preis der Deutsche Schallplattenkiritk”, etc.).
Ha sido profesor de clave, fortepiano y bajo continuo en el Conservatorio Superior de Trossingen (Alemania), en la academia de verano de Gstaad (Suiza), y en el Conservatorio de Ginebra.