Exposición: “Mancomunar”
La Casa de Cultura acogerá la exposición “Mancomunar” de la Artista Icíar L. Yllera desde el viernes 20 y hasta el jueves 26 de septiembre en la sala “Félix Bernardino”
Inauguración: Viernes 20 de septiembre a las 19:00 horas.
MANCOMUNAR:
estrategias plásticas ante la estética de
“lo inasumible”“inasumible”
Mancomunar – De mancomún
1. Unir personas, fuerzas o caudales para un fin.
2. Der. Obligar a dos o más personas a pagar o ejecutar de mancomún algo, entre todas y por partes.
3. Unirse, asociarse, obligarse de mancomún.
Mancomunar es una investigación plástica -en proceso- sobre la disociación, entendida esta como el mecanismo psíquico defensivo que supone una ruptura. Una cierta incapacidad de asumir la realidad, incluso de percibirla.
En particular, esta exposición busca ahondar en la disociación que atravesaría al Estado español con respecto a la cuestión fronteriza. Y es que, ante el fenómeno migratorio global, el plano discursivo del Derecho Internacional (consciente) y el plano material (inconsciente) corren paralelos como sistemas desconectados entre sí. Allí donde el primero sublimó los valores occidentales en los DD.HH.; el segundo, su materialización efectiva, erige vallas cada vez más altas, que determinan qué vidas merecen la pena ser vividas y qué muertes lloradas. Pareciera que de algún modo la identidad y soberanía nacionales se pusieran en juego en dicha disociación.
Mancomunar es pues la exploración material de esta escisión. ¿Su revulsivo tal vez? Pero su punto de partida no es la abstracción de la norma, sino las distorsiones perceptivas generadas por dicho quiebre epistémico en la ciudadanía española. Porque si bien esta diociación tendría por sujeto al Estado-Nación contemporáneo, individualmente también nos conforma. Día a día se estetizan los paisajes de lo inhumano. Frente a ello, se rastrea aquí una estética de “lo inasumible” centrada en los dispositivos fronterizos de Ceuta.
Las tres obras que articulan esta exposición buscan conflictuar ambos planos (discursivo y material) para tantear si hay reconciliación posible. Ante la disociación, mancomunar. Por un lado, como el proceso de unión de cauces, como asociación entre planos; por el otro, por su acepción jurídica que, como parte involucrada, nos obliga a atender a una realidad que toca con urgencia nuestras puertas.
Se trata de una tentativa encarnada por traer a lo consciente aquello que culturalmente nos resulta inasumible. Mancomunar quiere ser el esbozo de una sutura… O al menos, el resultado plástico de transitar algunos interrogantes: ¿Comienza a diluirse la disociación cuando prima lo material? ¿Migrar las formas de los dispositivos de seguridad puede modificar la visibilidad del paisaje? ¿De qué modo corporeizar los hábitos perceptivos? ¿Pueden los procesos chiquitos, electrónicos, develar la disociación como una suerte de alquimia? ¿Cabe jugar con ello? ¿Desde qué lugar?