Cine: Ciclo Matiné Godard. «Autorretrato»
Ciclo Matiné Godard
Poco después de la muerte de Jean-Luc Godard, el pasado 13 de septiembre, lo primero que hicimos fue hacer un homenaje poniendo AL FINAL DE LA ESCAPADA. ¿Qué tenía para nosotros de especial Godard? Digamos, como dice Losilla, que no era, ni mucho menos, el mejor cineasta de la historia. Y que se pueden citar muchos otros cuya filmografía es más perfecta, más redonda, sin ir más lejos algunos de los que él mismo admiró sin tapujos: Dreyer, Hitchcock, Bresson… Pero es que se trata precisamente de eso, pues si algo demuestra la carrera de Godard, es que existió un momento en la historia del cine en que ya no se trataba simplemente de hacer buenas películas, sino de filmar y experimentar, y de preguntarse así por el sentido de las imágenes en movimiento.
Digamos que Picasso desempeñó ese papel en la pintura, de la misma manera en que Mallarmé lo hizo en la literatura. Hubo que esperar a Godard, sin embargo, para que el cine empezara a moverse entre imperfecciones y dudas, entre errores y contradicciones. Godard inventó el cine moderno no porque sus primeras películas vulneraran altivamente las reglas no escritas de la sintaxis cinematográfica, sino porque las siguientes quisieron ir aún más allá y convertir el cine, definitivamente, no tanto en un arte como en una forma de pensamiento, en un modo de ver la vida y el mundo.
Nos proponemos en este ciclo profundizar en todo su cine y lo hacemos en una Matiné, comenzando por Vivir su Vida.
Hoy proyección de la película:
jlg/jlg (Autorretrato de diciembre) de Jean-Luc Godard. Francia. 1995. Documental.
A los 65 años, Jean-Luc Godard decidió que había llegado la hora de “hacer un autorretrato que fuera fiel a lo que pienso”. En JLG/JLG plasma un día de su vida en el áspero diciembre de Rolle, un pueblecito suizo a orillas del lago Léman donde vive desde hace casi veinte años. Godard es el único artista realmente brechtiano del siglo XX, para quien las cosas, en lugar de avanzar, se mueven y cambian por medio de saltos y zigzags, choques y colapsos. Algunos pormenores del día según JLG/JLG: sentado ante un escritorio casi monástico, toma notas en un bloc bajo una luz lánguida; medita sobre el arte y la cultura (“La cultura es la regla, el arte es la excepción: forma parte de la regla el querer matar a la excepción”); vagabundea desabrigado a orillas del Léman mientras oye, entre otras cosas, la banda sonora de Johnny Guitar, donde Sterling Hayden sigue desangrándose de amor ante Joan Crawford; va escribiendo en hojas rayadas todos los títulos de las películas que no filmó. JLG/JLG no es una autobiografía, ni un diario íntimo: es un autorretrato. Es decir, una mirada que le permite ir más allá de la pintura para desestabilizar ese más acá que es el cine: para ver hasta dónde puede llegar con el cine. Y en un autorretrato nada progresa; un autorretrato es un corte, un estado, una “porción de vida”: la minúscula muestra de sangre que se coloca entre dos láminas de vidrio para examinarla bajo el microscopio.